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CARLOS EMILIO GRIJALVA

Biografìa 

       Nació en Quito, en 1885. Su padre: José Benigno Grijalva Grijalva; su madre:  Rosa Sierra Fierro. Su niñez la vivió en Ibarra, donde realizó todos sus estudios: los  primarios en el Colegio de San Alfonso y los  secundarios en el Seminario de San Diego.

 

        En Quito  estudió jurisprudencia. Fue miembro de un grupo sobresaliente que estudió historia alrededor del reconocido Federico González Suárez. Así fue como comenzó su fuerte  criterio sobre los acontecimientos históricos ocurridos en nuestro país.

 

       En 1916 se dedicó a recorrer las poblaciones de la provincia de Carchi recogiendo tradiciones orales de los antiguos pobladores. Así  pudo comenzar a redactar la historia particular de Imbabura y Carchi en 1917, desde la fundación hasta la independencia de  Ibarra.

 

       Desempeñó el cargo de profesor de historia del Colegio Bolívar, luego se desempeñó como presidente de los municipios de San Gabriel y de El Ángel en el Carchi. Posteriormente fue Gobernador del Carchi. A finales de 1920 fue nombrado Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Historia.

 

        Entre sus trabajos más importantes se destacan varias monografías de los diferentes cantones y poblaciones de  Carchi e Imbabura y varios trabajos publicados en los boletines de la Academia de Historia.

Obras

La expedición de Max Uhle a Cuasmal,

o sea La protohistoria de Imbabura y Carchi

Resumen

       Carlos Emilio Grijalva dejo constancia de que su labor en el campo de la prehistoria se componía de algunas  investigaciones fundamentales: "La expedición de Max Uhle a Cuasmal, o sea la protohistoria de Imbabura y Carchi" es una interpretación bastante detallada y aguda de los orígenas de estas provincias. Su estudio involucra un análisis de la  toponimia y antroponimia del Carchi, de la exprovincia de Obando, del municipio de Túquerres y de la provincia de Imbabura, entre otros lugares.

 

        Grijalva, como muchos hombres de su tiempo, se hizo “a su manera, en aislamiento y sin maestros” como decían Jijón y Caamaño y pudo combinar en sus estudios las investigaciones arqueológicas con el trabajo de archivo. Este libro es una excelente muestra de esa vocación autodidacta.

 

Este libro presenta una versión actualidad. En esa versión 

se desarrolla lo concerniente al descubrimiento arqueológico de Cuasmal, a partir de la correspondencia dirigida al señor director de “El Observador” de Ibarra y con comentarios de los estudios filosóficos del Poro, coba Robalino, interpretación de las palabras Cayambe y Otavalo. Además se explora la interpretación de la palabra Atuntaqui. Interpretación de la palabra Caranqui, Tulcán antiguo.

 

          En el libro se hace una exploración de las ruinas de bohíos. Se indica cómo esas ruinas  están íntimamente ligadas a las tumbas que dentro de ellas se encuentran y por esa razón a sus cerámicas, entre estas se puede destacar la cerámica clásica del Ángel, estudiada por el señor Gonzáles Suárez, cuyas muestras se han recolectado y coleccionado con mucho aprecio en los museos de Europa y América.

Fragmento de la versión antigua

       No es posible dar importancia decisiva a la difusión del idioma Quichua en la época colonial: ciertamente las autoridades lo prescribieron y los misioneros lo predicaron; mas, esa difusión solo podía ser eficaz donde podían mantenerla atendibles colectividades poseedoras de aquel idioma.

 

       El idioma, como los hombres, tenían que luchar y, con el tiempo, el idioma quichua fue el vencedor, pero también es el vencido, según las circunstancias del medio en que lucho.

 

          El Carchi separado de Imbabura por el rio chota, ha tenido mejores relaciones comerciales con las gentes que han habitado en la holla de guaitara: es decir con aquellas que han formado un grupo étnico y han habitado un territorio más o menos homogéneo, explicándose así una de las causas por las cuales ha desaparecido el idioma quichua en esa provincia.

 

         En Imbabura hay parcialidades indígenas que en la actualidad ignoran en idioma castellano, no obstante de convivir con gentes que lo dominan por el tiempo de cuatrocientos años. ¿Cómo, pues, suponer la difusión del quichua sin aceptar fuertes colonias que pudieran introducirlo y perpetuarlo?...

Fragmento de la versión actual

       El informe que, acerca de las ruinas de Cuasmal, ha presentado el Dr. Max Uhle el ministerio de instrucción pública, en Enero de 1928, solamente he llegado a conocerlo impreso el 13 de Febrero de 1929.

 

       Tal informe ha vuelto ha poner sobre el tapete de la discusión del estudio de los bohíos de Cuasmal que, en un minuto dado, llamo la atención de toda la república, a causa de los alarmantes noticias que se trasmitieron desde San Gabriel, sumamente exagerada; mas, pasado ese minuto, un completo olvidon llego a  rodear el asunto de manera que aun la prensa publicada con dificultan algunas noticias que solo tenían un propósito científico únicamente el Dr. Max Uhle y yo quedamos interesados en la cuestión, aunque del todo distanciado en nuestras opiniones.

Cuestiones previas al estudio filológico-etnográfico de las provincias de Imbabura y Carchi

        En esta obra Grijalba hace un detallado estudio acreca de los rastros que logró recoger del idioma de los Pastos. Su estudio se centra en los aposentos de  Gualmatan, en el Púcara de Rumichaca (junto al rio Carchi) y en los Tusa. 

 

     Grijalba propone un acercamiento filológico de la lengua de los Pastos. Indica los topónimos, los antropónimos, y procede a dividir las palabras para identificar sus significados.

 

     Este estudio concluye que la lengua quichua no fue propiamente la lengua de los Pastos, sino que este pueblo tuvo una lengua distinta de la cual había varios dialecticos que todavía estaban en uso cuando el libro fue redactado. También explica que muy probablemente los Pastos se negaban a hablar la lengua quichua como una forma de defensa de su propio idioma. 

Resumen

Fragmento

     Grijalva escribió esta obra como un acercamiento, como base desde el cual partir en el estudio de las lenguas locales, sin tener pretensiones de totalidad ni validez definitiva.

 

       Por eso la denominó “cuestiones previas”, para un estudio más profundo de cada uno de los problemas tratados, sus preocupaciones metodológicas plasmadas en toponimia y antroponimia, muy bien puede aplicarse para esta obra, que constituye el análisis, la explicación del uso, conformación, cambios y extinción de las palabras, recopiladas sistemáticamente en el “vocabulario”, el cual, como para su actor, no era más que eso, un vocabulario,” un arsenal explotado antes que un acumulo de datos y noticias que se pudieran recoger, porque […] se trata de estudios aislados palabra por palabra” (toponimia, p. 3)

 

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